lunes, 11 de julio de 2016

Una simple ilusion

Hoy al bajarme del tren, no fue una de las típicas bajadas que tengo del tren, donde se empieza a ver el amanecer, posiblemente cubierto de nubes que amenazan de lluvia o que se retiran de una noche lluviosa, el piso mojado y la cantidad de personas que salen como desesperadas en busca de tomar u camión que los lleve a su destino. Hoy fue raro.
Hoy no se veía más allá de 10 metros donde se veía una enorme cantidad de humo blanco cubriendo a la ciudad, hoy no se veía el sol anunciando un amanecer, si no el cielo gris y con enormes toques de color blanco que evitaban que se pudiera ver alrededor, el piso no se encontraba húmedo. Tal vez el perfecto clima Londinense del que hacen mención en las películas, novelas y libros que puedan llegar a leerse, sería perfecto que se quedara la ciudad así todo el tiempo y sería interesante pasear un tiempo con alguna chica, tal vez con un ligero toque de lluvia, tal vez por eso los días de otoño e invierno son tan interesantes, solo que no hacia el frio suficiente para que saliera el típico humo color blanco producto de la respiración.
Bueno es soñar, por el hecho de que voy solo, viendo a las personas caminar de forma extremadamente rápida, escuchando cualquier cosa que suene en los audífonos y tomando la ruta que nadie tomaría, subirse al puente peatonal, mientras la brisa empezaba a caer lentamente. La vista de la ciudad el día de hoy era impresionante, totalmente blanco, dominando gran parte de la ciudad y viendo como las luces de los carros rompían la barrera de color blanco a toda velocidad, la combinación de luces blancas y amarillas, en cambio en otro extremo se veían los carros desaparecer detrás de la niebla, como si esta se los comiera y se viera por último la luz roja de los stop ocultándose detrás de la niebla. Un pasatiempo perfecto si no tuviera que ir a Cucea a pasar gran parte del tiempo .
Tendría que ser el camión quien activara recuerdos que pensaba que mi mente ya habia enviado al baúl de los recuerdos y que no pensaba sacarlos de ahí, de algo que posiblemente no he hecho en meses y si seguimos con el mismo paso ya van a poder ser contado en años. Al momento de subir camión empezó a empañar los lentes lentamente, como la última vez que bese a alguien, que su respiración lentamente empezaba a empañar los lentes, negando todo un lapso de visión de color blanco. Pero esta vez fue diferente, esta vez no sentí un cosquilleo en mis labios al sentir otros sobre los míos, esta vez no sentí la presión de tener que cerrar los ojos por algún motivo, tampoco algunos brazos abrazándome, mientras el beso sucedía y los lentes no se desempañaban. Solo la simple ilusión de ver mis lentes siendo empañados y el regreso a la realidad al ser aventado en el camión para llegar más al fondo y que el hecho de que me quitara los lentes no aparecieras en cuanto recuperara la vista.
Y ahora la lluvia ataca mientras la veo atravesó de la ventana y analizo los lentes que están en mi mano al fin desempañados de horribles respiraciones de los pasajeros en el camión que deseaban no mojarse en el trayecto y mantuvieron la ventana cerrada, aumentando la temperatura y haciendo que se empañaran los vidrios ante la lluvia inexistente. Ahora creo que no puedo caminar debajo de la lluvia tratando de olvidar todo, solo estar aquí sentado, viendo la lluvia caer por horas y viendo como poco a poco se empieza a inundar el pasto, tal vez sería perfecto inventar una maquina borrador de recuerdos o de plano evitar usar lentes en los días lluviosos para que no llegue el recuerdo del último beso a mi mente y no ser atormentado por preguntas de que pudo haber pasado…

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